miércoles, 21 de septiembre de 2011

Putucusi

                                                                                     Putucusi, öleo sobre tela 1,30 X 0.90 m 



Ya la luz de la mañana llenaba el aura del Putucusi de colores vividos. Cerrando los ojos, ella experimento otra vez la luz  de su amada guardiana, viendo la misma imagen de colores dentro de si. Abriendo sus ojos Wayu inspiro y expiro lentamente, mandando luz brillante desde su corazón hacia fuera, a la pachamama y al Putucusi.

Cada niño de la luz en la traición Inca tenía una montaña guardiana, su apu personal o espíritu de la montaña .Wayu había sabido desde el primer día que llegó a la residencia  de las mamaconas (Machu-Picchu) que Putucusi era su apu. Elevándose majestuosamente desde abajo en la selva, de un verde exuberante, impregnado a sus alrededores con su energía vital, Putucusi parecía que tocaba las nubes que flotaban encima de la ciudadela alta. Era sin un esfuerzo para Wayu disolverse en el corazón del Putucusi, el escuchar desde el profundo interior de su apu las enseñanzas especiales de la montaña.

El regreso de los Niños de la Luz. Judith Bluestone Polich
       Putucusi Rojo, óleo 60 X 80 cm                                             Putucusi Azul, óleo 80 X 60 cm

  Putucusi Amarillo, óleo sobre tela  60 X 90 cm

Por empinadas escaleras y senderos, sin mirar atrás, subí a la cima del Putucusi, allí me di cuenta de su poder... allí en la cima dancé desnudo.

Trepé, sin telas ni pinturas, recogiendo tesoros vegetales:

 

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